Centro Yanapanakusun

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¿Cómo comenzó todo?

El Centro Yanapanakusun nació en 1992, bajo el nombre de CAITH: Centro de Atención Integral para las Trabajadoras del Hogar. Años atrás, una joven italiana llamada Vittoria Savio había llegado a Perú e inmediatamente empezó a trabajar en la ciudad de Lima. Desde su llegada, Vittoria se vio confrontada con las terribles condiciones de explotación, aislamiento y maltrato que sufrían las trabajadoras del hogar, casi todas niñas y jóvenes migrantes provenientes de la sierra.

Poco después, buscando comprender mejor esta dura realidad, Vittoria viajó por el Perú para conocer los lugares de procedencia de aquellas niñas y jóvenes trabajadoras del hogar que había conocido en Lima. Dicha experiencia instaló en ella una aspiración profunda de mejorar sus condiciones de vida. En 1992, Vittoria llegó a Cusco, se reencontró con una joven trabajadora del hogar llamada Josefa Condori y, junto a Ronald Zárate, fundaron el CAITH.

El CAITH era esencialmente una casa, libre, segura y abierta para cualquier niña y adolescente trabajadora que necesitase un lugar donde descansar, sentirse acompañada, jugar, recibir apoyo emocional y aprender cosas nuevas.

Pronto, la convivencia con las niñas y jóvenes trabajadoras develó la complejidad de su situación, y el equipo del CAITH asumió el reto de encarar otras problemáticas y construir estrategias nuevas. En el 2002 nació el programa de comunicación, con una fuerte intervención radial. Ese mismo año se emprendió una línea educacional dedicada exclusivamente a niñas, niños y adolescentes trabajadores. Un año después se emprendieron acciones en zonas rurales de la región, y hace 3 años se iniciaron las primeras acciones de lucha contra la trata de personas.

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Centro Yanapanakusun hoy

Hoy el Centro Yanapanakusun atiende la difícil realidad de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes trabajadores, en situación de vulnerabilidad, migrantes y víctimas de trata de personas. 25 años después de su fundación, sus acciones se han diversificado; para ello, el equipo ha crecido y se han planteado nuevas acciones que responden a la realidad cambiante de nuestro país.

Sin embargo, continuamos defendiendo el derecho a un hogar como el CAITH y el acceso equitativo a la educación. Difundir y defender los derechos de los niños y jóvenes continúa siendo un eje fundamental de trabajo, así como generar situaciones de vida más equitativas. Ahora, hemos reconocido la urgencia de reducir las condiciones de vulnerabilidad de los niños, adolescentes y jóvenes de zonas rurales, y generar espacios de participación y protagonismo para ellos. Finalmente, todas nuestras acciones están bajo la expresa consigna de promover la equidad de género, la identidad cultural y de construir participativamente una sociedad más justa.

Fundadores

“Dar voz a quienes, por ser pobres, indígenas, mujeres o niños, nunca tuvieron voz”

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